Un emisario del Reino de Makuria entró en las dependencias de Jerusalén.
Al final de la salada estaba sentado el Senescal de la ciudad.
"Mi señor le traigo un mensaje". El emisario le extendió la nota al vocal principal, que pasó a leerla en voz alta.
"Mi señor, el Negus David, quiere haceros la siguiente oferta. Desea que la estudiéis y la valoréis, y que con conocimiento la aceptéis.
La compra de las ciudades de El Cairo y Bilbais por 30.000 monedas de oro, que serán entregadas en diferentes plazos a convenir.
Se retira.
Negus David."